David Roas busca, en esta antología de microrrelatos publicada en
2018, ahondar más allá de la realidad, poniendo al alcance del lector una serie
de historias que tocan el horror, el asco y el miedo que nos hace humanos.
¿Una casa vacía? Hogar de un psicópata.
¿Te gustan las muñecas? Cuidado, conforman un territorio
desconocido.
¿Un asesinato y una dentadura? Una mujer pulcra y atenta.
¿Una mancha alienígena en la alfombra? Tenle miedo.
¿Fobia a los insectos? Nunca has estado en simbiosis con ellos.
¿Zombis y familia? Combinación inusual, pero no imposible.
David Roas busca aterrorizar y encandilar al lector, atrapándolo
en las redes del terror moderno. Un Lovecraft o un Poe que no deja indiferente
al lector, gracias a una serie de cuentos “que buscan llenar lo que falta” en
unas historias un tanto escabrosas, con trasfondo real.
“¿Qué hacer con esa casa? ¿Cómo trabaja la ficción?”, nos dijo el
autor en el encuentro que los alumnos de 2° de Bachillerato mantuvimos con él,
el pasado 22 de enero, donde explicó el funcionamiento de su mente de escritor
retorcida, y donde aprendimos que la literatura puede contar la realidad, su
normalidad, pero también ir más allá, mostrando la rareza que hay en ella,
puesto que, lo raro es, a veces, más normal; se trata de ser más perversos que
otros, y mostrar que en el espejo de la realidad hay algo más inquietante que
nuestro propio reflejo.
Un libro que es una oda al
terror preparada y servida en bandeja de plata para aquel lector hambriento que
busque devorarlo, como el niño muerto de hambre de la portada. Un libro con el
que tener miradas cómplices…
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