RUBÉN CASTILLO GALLEGO
LA
CUEVA DE LAS PROFECÍAS
“Yo sobre todo soy un lector
que de vez en cuando escribe un libro”
Así respondió Rubén Castillo a
alguna de las preguntas de los alumnos de 1º de ESO cuando empezaron a
interrogarle acerca de la creación de La
cueva de las profecías, una novela que les ha impresionado y que el autor
murciano confesó haber escrito a requerimiento de sus propios hijos, que le
pedían historias cercanas a ellos, que pudieran conectar con sus intereses y
los de otros jóvenes de su edad,
La profesora Inmaculada Sánchez fue
la encargada de hacer la presentación del autor, ayudada por Eugenia Pérez, que
veía satisfecha cómo la semana llegaba a su ecuador. El cariño que se le tiene
a Rubén Castillo en el centro es muy grande, no en vano estuvo ejerciendo como
profesor de Lengua y Literatura durante diez años, por eso no fue de extrañar
que numerosos compañeros se acercaran a escuchar a un hombre del que siempre se
aprende algo, ya sea en una conferencia o una simple conversación ante una taza
de café.
Confesó Rubén que para cumplir la
promesa que les había hecho a sus hijos María y Rubén tuvo que tirar del
imaginario de su infancia en la localidad de Blanca, y de cierta cueva en la
que de vez en cuando se refugiaba, linterna en ristre, como un pequeño
aventurero. En aquellas cuevas el escritor buscaba mundos alternativos, y así
nació el germen de esta novela, en la que el joven Joaquín reprodujo los pasos
que en su momento diera su creador.
Las sesiones finalizaron con otros
muchos interrogantes acerca de la elección del personaje, las relaciones de
éste con su tía, el poder de las premoniciones, el paisaje en el que transcurre
la obra, o la posibilidad, siempre presente y siempre inquieta para lectores de
esta edad, de que las andanzas del joven Joaquín tuvieran una segunda parte. Lo
que sí logramos arrancarle a Rubén, entre todos, fue la promesa de volver a su
casa cuando tenga una nueva novela en el mercado.
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