Crítica
literaria:
Mi
nombre escrito en la puerta de un váter
Jorge
Moreno Martínez
2ºA
Bachiller
Mi
nombre escrito en la puerta de un váter,
una novela de Paz Castelló, es una novela psicológica y de crítica social, en la que se denuncia el abuso de las editoriales con los
escritores y de los poderosos con sus "negros" literarios.
La historia transcurre alrededor del fracasado escritor Mauro Santos,
el negro literario del celebrity
Germán Latorre, y muestra un importante carácter psicológico del
protagonista.
La obra comienza con un
funeral, el del padre de Mauro. Inesperadamente, Mauro arroja las
cenizas de su progenitor por el váter, eliminando todo recuerdo
del hombre que le llamaba inútil y que le había maltratado desde
niño. De aquí en adelante, el recurso del váter aparece más veces
en la novela, y destaca un momento en el que Mauro, escribiendo su
nombre en la puerta de un aseo, teme ser recordado sólo por eso, y
no por sus preciadas novelas (ya que siente que se ha prostituido
entregándoselas a Germán Latorre). Es aquí donde llega un punto
de inflexión en la novela: Mauro decide dejar de trabajar para
Germán y ser libre, lo que tendrá graves consecuencias para él y
para las personas que le rodean.
En mi opinión, el libro
mejora exponencialmente a partir de este punto. Antes del mismo, me
da la sensación de que los diálogos son forzados, y de que no
encajan en la situación. Son, por así decirlo, demasiado perfectos,
como si hubieran sido premeditados. Sin embargo, esto es algo que
cambia posteriormente, con conversaciones más fluidas y realistas.
Por otro lado, hay dos
personajes que me han llamado la atención más que el resto.
Cristina (la queridísima sobrina de Mauro, a la que trata como si
fuera su propia hija) y Esmeralda (una pitonisa que sorprende a Mauro
con sus habilidades).
La primera me ha sorprendido por su
función dentro de la novela: además de ser uno de los principales
personajes de la trama, tiene un trabajo que escapa a la atención de
un lector poco crítico: es esencial para liberar tensiones.
Especialmente al principio, Mauro y la madre de Cristina, Olvido,
discuten a menudo sobre la vida del escritor, y sobre lo que debería
hacer. Además, esto se agrava por el hecho de que Mauro lleva
enamorado de Olvido desde que estaban en el parvulario, lo que no
permite en ningún momento que estas charlas sean cómodas. Cristina, al
ser una niña pequeña, resulta inocente y cariñosa
independientemente de la situación, lo que permite que interrumpa
las discusiones y libere todas las tensiones acumuladas con sus
frases de cincoañera.
Esmeralda, por su parte, es un
personaje que añade una pizca de magia a la novela, adivinando
aspectos de la vida del protagonista con una exactitud pasmosa. Por
ejemplo, descubre la localización de unas cartas que la madre del
escritor había escrito para él, y que su padre había escondido. A
pesar de que me gusta que el libro haya dejado espacio a la fantasía,
creo que no encaja en una obra en la que se pretende realizar una
crítica y una denuncia social hacia las editoriales. A mi parecer,
le quita seriedad a la protesta que se intenta llevar a cabo.
Además
de esto, es muy destacable el hecho de que se critique en un libro
precisamente a las empresas que se dedican a publicar los libros. Paz
Castelló ha sido pionera en este aspecto, tan común para los
escritores aunque no lo suelan contar. Esta denuncia es, en mi
opinión, comparable a la que se llevaba a cabo en obras como Luces
de bohemia,
de Ramón María del Valle-Inclán, o en La
mordaza,
de Alfonso Sastre. Es una protesta diferente en tema pero igual en
forma, crítica e implacable con la realidad que se presenta. La
misma autora mencionó que no esperaba que publicasen su libro,
teniendo en cuenta este importante factor contra las empresas
editoriales, pero (afortunadamente) la novela sí fue publicada.
También
es obvia la denuncia contra las cadenas de televisión basura, tan
comunes en la actualidad. De hecho, la principal cadena que se
muestra en el libro es precisamente una clara metáfora de Telecinco,
tan empecinada con sus reality
shows
y sus programas basura. A pesar de que no es el tema principal, ha
sido un gran acierto por parte de la autora.
Otra
protesta que presenta la novela es la que se realiza contra las
celebrities,
que son capaces de publicar libros horriblemente malos y aun así
vender multitud de ejemplares. Da fe de ello Germán Latorre,
representando a cualquier persona influyente de la actualidad que
realiza prácticas semejantes. Personalmente, compararía a este
personaje con algunos creadores de contenido de la plataforma YouTube
(si bien no a un nivel tan extremo como el personaje de la historia),
pues estos están publicando multitud de novelas que, a pesar de no
destacar en absoluto, están vendiéndose en ingentes cantidades.
Finalmente, y como aspecto
meramente anecdótico, me gustaría remarcar el hecho de que la
sinopsis que presenta el libro no le hace honor a la lectura que
conlleva. Este resumen de la contraportada no invita en absoluto a la
lectura del libro, que se camufla como una aburrida novela más
cuando en realidad no lo es. Como consejo para la editorial,
cambiaría la sinopsis por una que resultara más atrayente para el
lector.
En
resumen, Mi
nombre escrito en la puerta de un váter
es un gran libro que merece la pena comprar y leer, tanto para
cambiar la visión que se tiene de la vida de un escritor, como para
mostrar la realidad del mundo de las editoriales, de los programas
basura y de las celebridades, con un importante factor social y
crítico con estas realidades.
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