ENTREVISTA A PEDRO BROTINI
LA
ESTANCIA
- ¿Qué le sedujo de
Villa Diodati como para concederle el papel casi protagonista en esta historia?
Pocos
lugares resultan tan evocadores en la Historia de la Literatura como Villa
Diodati, no solo por la reunión de genio e ingenio que allí tuvo lugar,
personalizada en las figuras de Lord Byron, Mary Shelley o John Polidori, sino
también por el aura de misterio que la envolvió, en plena tormenta de aquel Año
Sin Verano. Sin duda, es un enclave con la suficiente fuerza narrativa como
para que sea acertado concederle la entidad de personaje de la novela.
- ¿Es cómodo
narrativamente hablando trabajar con dos líneas temporales?
Tal
vez no, pero resulta muy estimulante como ejercicio a la hora de recrear
ambientes y formas de expresión, en función de la época. Considero que los
personajes de ambos segmentos, aun separados por esa horquilla temporal de
doscientos años, tienen mucho en común, como ponen de relieve en la trama con
su profundo amor a sus sueños y a los libros. Un valor añadido ha constituido
la tarea de documentar los periodos históricos y a los personajes, me ha
resultado apasionante bucear y conocer en profundidad las trayectorias
personales y literarias de los protagonistas históricos.
- Leyendo la novela se observa
cierto amor por la literatura, ¿hasta dónde llega dicho amor en Pedro Brotini?
He
tenido la enorme fortuna de crecer en un ambiente familiar en que la literatura
tenía un papel esencial. En mis recuerdos siempre ha habido libros y tebeos,
librerías y bibliotecas. Hago mías las
palabras de Vargas Llosa cuando afirma que aprender a leer y escribir es uno de
los momentos clave en la vida de una persona.
Creo que la literatura hace la vida más grande, en todos los sentidos, y
que la mía lo ha sido gracias a la lectura.
- Se habla también del
respeto, o la falta del mismo, hacia la propiedad intelectual, ¿hemos avanzado
algo en estos doscientos años?
La
realidad nos muestra una clara involución en ese campo, vivimos en tiempos en
los que todo vale y se justifica con argumentos de dudosa ética. El acceso a la
cultura no debe transcurrir por vías en las que no se valore, en la medida que
merece, la labor creativa de los autores o el trabajo que realizan los
editores. Defender y promocionar la
literatura es una tarea que nos afecta a todos, con independencia del lugar que
ocupamos, ya sea como lectores o escritores.
- Usted hace críticas
literarias en un blog de la revista Hola, ¿cree que difundimos lo suficiente la
literatura o cae derrotada frente a otros medios?
Creo
que los beneficios que aporta la lectura son tan formidables que cualquier
esfuerzo por su difusión siempre será escaso. Son tiempos complicados por la
cantidad –que no calidad– de información que nos rodea, pero esas mismas
dificultades deben inspirarnos para agudizar el ingenio y conseguir que los
libros ocupen el lugar que merecen. Es un reto que tenemos ante nosotros y
debemos asumirlo con entusiasmo e imaginación.
- Imagine que hoy, en
pleno siglo XXI, se produjera una reunión como la de Villa Diodati, ¿cree que
obtendríamos resultados tan brillantes como los que salieron de allí entonces?
El
listón está alto, hablamos de la noche en la que nacieron obras tan
emblemáticas y de tan enorme calidad literaria como Frankenstein de Mary Shelley o El
vampiro de John Polidori. El
resultado sería distinto, como distinta es también la época que nos toca vivir.
- ¿Hasta qué punto puede
llegar a ser importante la psicología en la literatura?, ¿le gusta entrar a
saco en la mente de sus personajes?
Profundizar
en sus motivaciones y pensamientos es enriquecer y aprovechar la multitud de
matices que encierra todo personaje, de forma que permite desplegarlos y
otorgarles entidad propia. Revestirlos con esos toques de desconcierto, duda,
miedo o ilusión, tan propios del ser humano, es revestirlos de verosimilitud y
lograr que, de una forma u otra, el lector empatice con ellos, que los odie o
los ame, en definitiva, hacer viva la Literatura y disfrutar de su latido.
- ¿Qué ha cambiado en
Pedro Brotini desde El tiempo de las
palabras azules, su primera novela, hasta ahora?
Como
escritor intento afrontar la construcción de tramas más elaboradas, aunque sin
dejar de lado lo que creo que debe constituir la esencia de toda narración, la
construcción de unos personajes sólidos y con detalles que los hagan destacar y
ser recordados por el lector. Una novedad tal vez sea que durante este tiempo
he escrito relatos y es una distancia en la que me encuentro cómodo, aunque
sigo prefiriendo la novela.
- ¿Cuáles son sus
próximos planes literarios?
He
comenzado a escribir una nueva novela en la que he cambiado de registro, se
trata de una historia basada en hechos reales ocurrida en la década de los años
setenta en España, con un importante componente de novela negra. Estoy
disfrutando mucho con la investigación y la redacción de la trama, y espero
verla concluida este mismo año.
- Convenza a un lector
adolescente y a otro adulto de la necesidad de leer esta novela.
Usaría argumentos similares en ambos casos, tal vez porque apelaría a la parte joven que perdura en todo adulto, por muy olvidada que parezca estar. La Estancia es una novela que habla de la importancia que tiene luchar por los sueños y vencer los miedos que nos separan de verlos cumplirlos. Y esa es una misión atemporal que debe acompañarnos en todo momento de nuestra vida, con independencia de los años que tengamos.
Antonio Parra Sanz
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